La primera noticia es que muy refrescante no es pues parece que no salimos del invierno ni de coña. Lo bueno de los días lluviosos es tener a mano un propulsión y "bailar bajo la lluvia".
Y la otra, y más importante (algunos ya me habrán crucificado por ello) es que... ¡¡¡¡¡ No es cierto por desgracia, el GT350 todavía no se puede adquirir oficialmente en nuestro continente 😱😱😱!!!! Esperemos que Ford recapacite y no tengamos que acudir a una empresa de importación para que "el caballito" cruce el puto charco.
También es verdad que aun siendo un producto adaptado a nuestras legislaciones y con el precio en euros, la broma podría salir un poco más cara de lo que esperamos. Es una queja muy común según los medios y la principal, para ser un Mustang, el Shelby GT350 es bastante carillo....
Pero eso importa una mierda cuando uno ve las prestaciones del vehículo y se da cuenta de que podría encontrarse a la altura de deportivos de alto nivel (se ha llegado a comparar con el 911 GT3) teniendo en cuenta que, en especial la versión R es muy parecida a un coche de circuito.
Así que esperemos que esta lluvia pase (en ambos sentidos) y veamos un rayo de luz aparecer entre las nubes.
Ah, se me olvidaba algo fundamental (y no es hablar de la previsión del tiempo para la semana que viene): explicar el título de la entrada. No tiene mucho misterio, el genial Carroll Shelby, creador de este precioso GT350 creo que comparte la misma pasión que yo hacia un modelo muy especial que destaca sobre una base ya de por sí estupenda y por mi parte digo que.... ¡¡¡¡que me gusta mucho, joder!!!!
Empecemos como siempre por un poco de historia para introducir este artículo:
La historia comienza por orden cronológico y de importancia por la biografía de un piloto de carreras de Texas que en sus inicios soñaba con dedicarse a la cría de animales. Pero las circunstancias son las circunstancias y como bala en la recámara tenía su virtud como piloto de carreras el cual empezó a destacar y Ford no le quitó el ojo de encima hasta que en 1965, como producto final, el Mustang Shelby GT350 apareció ante los ojos del público que aún no se había recuperado del shock producido por el nacimiento de un coche diferente y bonito.
Y es que la base de esta nueva versión fue la del Mustang Fastback al que la división "Cobra" cedió su emblema que sustituye al caballo en la parrilla como distintivo de modelos específicos para la compañía de Detroit.
La serpiente advierte de que nos encontramos ante un coche muy serio. Nada de tonterías pues aunque la carrocería nos recuerde el alegre cupé que cautivó al mundo entero, su V8 de 4,7 litros generaba una potencia de 306cv tras un ligero retoque.
Todo lo que pasaba por las manos de Carroll se convertía en oro (véase el Cobra y años después el GT40) y en las carreras se empezó a notar su potencial. Tan sólo un mes después de su lanzamiento ganó en Green Valley. Para reflejar ese espíritu de victoria el coche ofrecía de serie la pintura blanca con franjas azules Guardsman aunque todos pensamos en él con las franjas "LeMans" que cubren el coche en contraste con el resto de la carrocería.
Así un coche de corte deportivo como es el Mustang, evolucionó y tomó una dirección paralela a sus hermanos de sangre pero que gracias a ellos no se olvidó que no era inaccesible.
Esa premisa hizo posible el nacimiento del también popular GT500, un año después.
Durante lo que fue la primera generación del Ford Mustang (1964-1973) el GT350 y el GT500 fueron un éxito en ventas y como no podía ser de otra manera, diferentes variantes desde lo que se refiere a motorizaciones como cambios de nomenclatura dejaron un muy buen sabor de boca a los amantes de los coches y las prestaciones.
Pero en cuanto al GT350 que es lo que atañe, se puede dividir en tres generaciones correspondientes a la primera, quinta y actual sexta de la historia completa del Ford Mustang.
Si me meto en tema de sub-versiones, producción, mecánicas y demás detalles sobre las dos primeras generaciones me desvío del objetivo final que es llegar al 2017 y describir a mi favorito (y a su hermano aún más impresionante).
Así que en 2011 volveríamos a ver otro GT350 en el mercado, justo cuando la escalada de potencia hacía que la falla de San Andrés se abriera unos centímetros y los pingüínos de la Antártida temblaran (de frío claro😆). Algún día daré una explicación sobre esto último. Esas rayas que cruzan la carrocería dividiendo dos mitades perfectas se podrían relacionar a la relación GT500/GT350 pues aunque compartieran motores uno tomó el rumbo de la potencia bruta y el otro el de las prestaciones más acordes teniendo en cuenta que los V8 se subían a la parra desarrollando 440, 525 o hasta 624cv dependiendo del sistema de alimentación (atmosférico en el primer caso y turbo alimentado en los otros dos).
Lo que llamaba la atención era que el 5.0 conseguía catapultarlo en el 0-100km/h en 3,7 segundos dejando atrás al 5.4 del GT500 (4,2) e incluso al SuperSnake (4,1) con ¡750cv!😲
¿Sería por el peso? Pues va a ser que no, mi querido GT350 guarda un as bajo la manga... pero no lo voy a decir todavía, jejeje😁.
Por fin llegamos a la era actual, a la era de los coches híbridos, eléctricos y el comienzo de las legislaciones inútiles hacia la automoción, promovidos por el gobierno e instaurados por mi amiga la alcaldesa de Madrid 😡. No sé si os habéis enterado de que se va a establecer un impuesto a los vehículos sólo por el hecho de circular....
En fin, lo realmente importante es que la tercera generación ya está aquí (sexta si lo vemos de otra manera). Tararán tararán tanchán..... con ustedes el 2017 Shelby Mustang GT350!!! Ah, y el GT350 R!!!
Hablando de uno u otro, el motor en este caso sigue siendo de arquitectura ocho cilindros en V, PEEERO cuenta con un cigüeñal plano donde las barras de conexión, unidas al cigüeñal a intervalos de 90º dejando espacios a intervalos de 180º haciendo posible un orden de encendido que se alterna entre bancadas de cilindros reduciendo la superposición de pulsos de presión de escape lo cual desemboca, en combinación con los avances de la culata y de las válvulas en la entrada de más aire en los cilindros y por consiguiente la mejora del rendimiento del motor. (Gracias por la info Internet)
Vale, no me he enterado de todo, pero lo que viene a decir es que este mecanismo consigue que el V8 5.2 desarrolle 525cv a 7500 rpm convirtiéndose en el motor atmosférico más potente que haya creado la firma del óvalo. Evidentemente ahora Ford se encarga de la construcción de estos motores ya que en 2012 Carroll Shelby nos dejó.
Y ahora viene lo mejor:
El secreto del GT350 para convertirse en un coche prestacional y adaptable a circuito e incluso un uso en carretera no insufrible gracias a la suspensión adaptativa MagneRide, es esta serie de mejoras respecto al modelo de base, el Mustang "normal":
Se empieza por cambiar de arriba a abajo la plataforma empezando por una carrocería distinta con un capó de aluminio, la calandra, los elementos aerodinámicos, el difusor trasero y el alerón, todo en pos de una ventaja en la carga aerodinámica y la refrigeración del motor y frenos.
Continuando con la plataforma cuya rigidez y resistencia a la torsión se ve aumentada gracias a componentes reforzados de distintos materiales y el sistema MagneRide el comportamiento es mucho más "de coche de circuito" sin descartar una conducción más suave en carretera. (Gracias Internet de nuevo aunque no todo es copia)
Por supuesto esto significa que en ambos casos el sistema de frenos debe estar a la altura y de sobra cumple su objetivo con frenos de disco perforados Brembo de seis pistones y un diámetro de 394 milímetros delante y 380mm con pinzas de cuatro pistones detrás.
A su vez calza unos neumáticos especiales Michelin Pilot Super Sport con los que no te saldrás de la carretera ni queriendo.
Y en cuanto al equipamiento, la elección de asientos Recaro deportivos o baquets depende de la versión GT350 o GT350 R. Lo que sí es común y un puntazo es poder configurar la respuesta general del vehículo y hasta el sonido de los escapes con cinco modos de conducción (Normal, Sport, Weather, Track y Drag).
La transmisión es de 6 velocidades como única posibilidad.
Y si queremos aún más, las "Track Apps" permiten hasta configurar el régimen de revoluciones eligiendo dónde queremos que el coche avise para el cambio de marcha.
Desde luego no hay duda de que podremos ir de vez en cuando (o muy de vez en cuando mejor dicho) al circuito a probarnos en la conducción deportiva y volver a casa sin dejarse los riñones en el camino.
Como conclusión me gustaría dejar claro que esto último que he hecho sobre las características técnicas del GT350 2017 no es precisamente característico mío. Son datos importantes pero creo que lo verdaderamente significativo es poder conducir alguna de estas dos bellezas y comprobarlo in situ.
Esto es realmente el espíritu que quiero trasladar y nada mejor que este vídeo para demostrarlo:
¿vivir o estar vivo?
De momento y hasta la decisión o no de su comercialización (no la del GT86) podemos seguir soñando con tener una serpiente disfrazada de caballo en el garaje lista para picar y dejar fluir su veneno por nuestra sangre.
¡¡¡¡A disfrutar con ello!!!!
