¡CUIDADO, SALIDA HACIA VALDEMORO CORTADA POR TRÁFICO DENSO!

Ejejeje, espero que no haya picado nadie y haya tomado una circunvalación hacia el norte. De todas formas no me conozco la Radial 4 de Madrid así que me lo he inventado 😝. Seguro que después del título sobre la entrada en una tercera guerra mundial estáis al tanto de mi intención captadora de público variado. Aún así dan miedo, lo sé, es el cuento de Pedro y el lobo, espero que no haya sustos mayores 😱.

Bueno, yendo al grano, hoy vamos a poder maldecir en todos los idiomas, de todas las formas posibles y hasta usar la "f-word" (oooooooh, qué fuerte por favor!!!😮) Eso último queda mejor entendido con un tono acorde...😎 bueno dejémoslo, anyway, el tema central de esta maravillosa entrada es el tráfico, a secas.
Ya estamos con las drogas y esa mierda, ¡NO! Si consumís, al menos que yo no me entere. El tráfico de estupefacientes es otra cosa, yo me refiero al tráfico en la circulación vial, que es lo que debería habérsenos venido a la mente como un flash.
(este párrafo es de mis mejores , más adelante explicaré el porqué si alguien en comentarios necesita esta información para poder seguir adelante, Dios, ya van 4.....)

En fin, para no liarnos, (5 😎), explicaré, a modo de introducción, lo que pretendo comentar y de paso, el modo en el que lo voy a tratar.

Ah, y por si acaso, pondría ya el cartelito de ¡EXPLICIT CONTENT!, puede haber inocentes criaturas tras la pantalla, leyendo estas palabras precisamente esperando ver algo violento o de contenido sexual que es lo que termina pasando...

Allá vamos:

Intro: Como comenté en la entrega anterior "el cambio climático" (ya estáis tardando en leerla), quería destinar un espacio a expresar mi sentimiento hacia este fenómeno, a veces paranormal, que desata nuestra parte "Mr. Hyde", nuestra parte oculta, esa que no sabíamos que podría surgir de lo más hondo de las profundidades de lo que llamamos intestino grueso en términos anatómicos o tripas comúnmente (este dato puede ser incorrecto, para más información consulte a su médico o farmacéutico). Hay cosas que salen de otras partes del cuerpo pero mejor no citarlas...
En las entrañas se cuece una salsa más picante que la guindilla mejicana que mezcla prepotencia, seguridad, irritabilidad, ira desenfrenada, malestar, que puede desembocar a través del esófago fuera de la boca (lo llamamos cagarse en tó) o en un acto totalmente impulsivo y descontrolado que puede ocasionar graves daños (lo que viene a ser "me cago en la madre que te parió hijo de puta, te voy a partir la cara, desgraciado") Ufff...

De una a la otra no penséis que hay mucho camino pues cuando se trata de arremeter contra un pobre abuelo que está intentando recordar sus años mozos en los que sabía aparcar un Seat 600, no existe absolutamente nada alrededor de nuestra situación de cabreo y el típico y tan odiado por mí " yo tengo la razón así que que se joda el otro".  Mmmmm, de eso precisamente hablaba en la entrada sobre el climatizador bizona, perdón, del cambio climático, en el cual me remitía a la poca humanidad (si nos referimos a la bondad y el respeto hacia el prójimo) vista hoy día y reflejada en actos como contaminar de todas las maneras posibles, gastar agua en llenar el jacuzzi sabiendo que las burbujas son gases, tirar toda clase de basura a la calle de al lado como si luego no volviera por el viento, etc., etc. y por desgracia más etcéteras. Para mí, siendo claro y conciso, esto significa una involución humana hacia lo hipócrita, desentendido, creído, egoísta, despreocupado, interesado, falto de empatía a más no poder. En menos palabras: "yo vivo como me sale de ... y que se jodan los demás".

Vaya! Así vamos, ¿qué le vamos a hacer? ¿Poner multas por doquier cuando es un problema social? En serio, dejo esta reflexión aquí y voy al tema del tráfico, el cual he escogido como segunda parte ya que nuestras conductas tienen mucho que ver a la hora de afrontar un "simple" atasco o tener que llamar la atención a alguien que se cruza por delante sin avisar.

Para ponernos en antecedentes, aquí tenemos una foto tomada por el helicóptero Pegasus (¡cuánto te queremos!...) esta mañana sobre las 9:30 en la autovía A-7 entrando a Murcia ciudad. Podría ser cualquier otra, incluso una autopista norteamericana, de esas que tienen 4 carriles y unos tirabuzones que dan ganas de hacerlos de lado...

Sea como fuere, a todos nos ha tocado sufrir un atasco (y nunca mejor dicho). Ese tramo de tráfico lento, justificado o injustificado a veces cuando un camión decide adelantar durante cuarenta minutos a otro por el carril izquierdo, nos desespera. Sí o sí. Las llamadas horas punta son el principal problema de estos colapsos arteriales. A primera hora de la mañana, a mediodía, a media tarde y tarde-noche (casi el día entero), la gente, en estampida coge su vehículo y se dirige Dios sabe dónde como si en un acuerdo colectivo se planificara el momento y lugar concreto.  Y por mucho que los nuevos navegadores e informadores de tráfico esquiven los principales tapones, a veces uno no puede evitar meterse de lleno en el embrollo. Es algo automático, te sabes una forma de llegar al destino, calculas el tiempo y el espacio y hasta rezas a los dioses para que no tengas reunión a primera hora ( en el caso del trabajo). Pero existen otros casos...

El de las mamás que recogen a sus hijos del colegio o el instituto por la tarde en los SUVs es el que más quebraderos de cabeza genera. 

No estoy siendo machista, feminista ni agresivo con la tercera edad, son datos puramente realistas y comunes.

El carril derecho de la avenida Juan Carlos I parece una pista de eslalon con sus conos perfectamente situados. Sí, pero en doble fila. Y eso en la Avenida, si nos vamos a una plaza, el riesgo se multiplica. Por eso ponen polis alrededor, para contener la situación de riesgo mayor.

Pongo ejemplos cercanos porque son mis referencias, imaginad cualquier ciudad.

Y esas ciudades, tan bonitas, tan llenas de vida, tan apetecibles para el turismo, ¿porqué tienen una infraestructura vial de pena? Os pongo ejemplos de ciertas "catástrofes" innombrables que he podido conocer de "primera rueda":
¿¿¿¿Qué coño pinta una rotonda con cuatro semáforos, invadida por un tranvía que la corta en dos semicírculos en los que los que circulan por dentro tienen que ceder el paso a los que se incorporan???? De una lógica aplastante, ¿no?

Pues esto existe realmente. Igual que existen los baches, badenes y alcantarillados que atacan las suspensiones de nuestros coches, los parkings públicos con el espacio suficiente para que pase un Renault Twizy rozando las paredes y que como mucho quepa una motocicleta en cada plaza siempre y cuando sea Mobilette, y para rematar unas carreteras bien asfaltadas pero que desembocan en una casa de la huerta, pero ahí bien metida...

Es para volverse loco, y eso es lo que a la postre sucede. Las normas viales no existen, las clases de autoescuela se quedan en el limbo y por supuesto los modales y el sentido del respeto por los demás quedan muy lejos, pero que muy lejos en el olvido.  Vamos que ni retrospección ni hipnosis, ¡nada!

Y es en ese momento cuando una ciudad de seres civilizados se convierte en una auténtica jungla con animales de todas las especies.
He de admitir que hay veces que utilizo esa metáfora a mi favor, por ejemplo, cuando hay una rotonda de esas maravillosamente estudiadas por ingenieros borrachos en las que no hay Dios que tenga los huevos de entrar porque siempre hay alguien dentro, ese momento es el "ahora o nunca" de la conducción. O entras o te dan las uvas ahí mismo. Y encima te pitan... Hay que jugársela, es totalmente comprensible. No llega a ser ilegal, es el juego de las damas, o comes o te comen.

¿Y aparcar un viernes por la noche en la zona de los centros comerciales? Misión imposible 6. Es una de las cosas más jodidas el buscar un puto hueco que case con el tamaño de tu coche (siempre encuentras un espacio donde casi pero no), que encima sea en vía de sentido único con lo cual te presionan o para que te pongas nervioso y te vayas o simplemente para joder o encontrar por fin un sitio después de recorrer la ciudad de cabo a rabo y ver el símbolo azul con el muñeco en silla de ruedas... Y para rizar más el rizo, encontrarte con un señor mayor maniobrando durante tres cuartos de hora sin ningún pudor (el puto amo es siempre un anciano aparcando) o conseguir aparcar, salir orgulloso y descubrir que el "gorrilla" te ha rayado la puerta del conductor por estimar poca su recompensa monetaria.

¿Qué se puede esperar entonces de todo este jaleo?

Exactamente, el punto final, ese al que no queremos llegar, pero desafortunadamente llega y crea lo que conocemos como..... ROAD RAGE. Han hecho hasta películas sobre este fenómeno. ¿Alguien recuerda "el diablo sobre ruedas", primer largo de Spielberg como director? O más cercana en el tiempo esa escena de Relatos Salvajes con el pique en el desierto?
Porque esto pasa y a veces termina en una violencia desmesurada, en hostias y acaba en los tribunales. Vamos, que o te insultan ( a tí y resto de familiares, vivos o muertos), te dejan con la nariz rota o terminas tu trayecto en ambulancia.

Y para terminar e ilustrarnos en qué consiste la Road Rage, ¿quienes mejores que los rusos para darnos clases?

Russian rage (+18)

Esto lo he dejado para el final y de hecho es un vídeo de contenido fuerte que no es precisamente didáctico, es sólo para saber hasta qué limites llega la estupidez y visceralidad humanas.

Por lo tanto, como conclusión, os propongo un ejercicio de relajación que se titula "cuenta al menos hasta tres" para que lo apliquéis en la carretera, haya retenciones, ancianos cruzando con la compra por donde les sale, inútiles que no tienen dos dedos de frente dentro y fuera del coche, y demás situaciones que a cualquiera nos puede hinchar los cojones o en el caso de las mujeres, aquello....

Por cierto, esto mismo necesito aplicármelo yo. Creo que aquí no se salva nadie, y si no, que lo comente o que explique qué situación le ha causado más tensión.

Ale, ¡¡¡a disfrutar!!!